miércoles, 27 de agosto de 2008

Céntrico barrio del Carmen, 1958




Al comenzar el siglo XVIII, la Orden del Carmen después de varios intentos logró por fin quedarse en Guadalajara, se instalaron en un enorme terreno, que abarcaba desde el actual jardín del Carmen hasta la avenida Enrique Díaz de León ; también se les dio una hacienda que estaba valuada en 45 mil pesos y el señor Bernardo de Miranda regaló 30 mil pesos para la erección del convento. Hay que hacer notar que los objetos para el culto y todo el material necesario para la construcción lo donaron los tapatíos. Las obras terminaron en 1758, todos los testimonios históricos referente al convento e iglesia, están de acuerdo en la hermosura, magnificencia y riqueza que llegó a poseer el Carmen de Guadalajara ; aquí era el centro religioso preferido "de las familias más asitocráticas" y "sobresalía por poética y elegante"

El templo era grande, soberbio y muy rico, el convento era chico, el claustro bajo tenía "una danza de arcos" de cantera muy bien trabajado, su biblioteca era de las más completas de Guadalajara y el país. En la segunda mitad del siglo XIX, se enfrentaron al partido conservador contra el liberal en la ciudad, los liberales le pidieron al prior Nájera unos terrenos para construir la Penitenciaría de Escobedo (hoy Parque de la Revolución), el carmelita cedió "las tres cuartas partes de la huerta conventual".

En 1857 entran triunfales los conservadores a la ciudad y celebran en el Carmen un solemne Teo-Deum, que después los reformistas no perdonarían. Así que el 27 de octubre de 1860, los liberales sitiaron la ciudad y durante dos días cañonearon el Carmen, Santo Domingo y San Francisco. Ni el Carmen ni Santo Domingo lograron recuperarse, del Carmen solo quedó parte del convento y la capilla de la iglesia (actual templo del Carmen), de Santo Domingo no queda nada. Lo que quedó de pie del Carmen se utilizó por muchos años como cuartel, cuando se abrió la avenida Juárez en la gubernatura de Jesús González Gallo, lo que había sido una suntuosa y rica iglesia quedó convertida en un llano.

En 1912, Guadalajara fue testigo de una larga serie de sismos, que fueron causa "de que afligidos vecinos del Carmen, pasaran largas noches de angustia al aire libre o bajo la lluvia acampando bajo los árboles del actual Parque de la Revolución o en simples barracas improvisadas con petates o simples mantas. Y que fueron muchas las personas que casi un mes estuvieron a manera de banda de gitanos, lo confirmaba la columna de viaje en bacinillas que a buen temprano, nanas y nodrizas reintegraban a sus domicilios". José Benitez en su "Como me lo contaron te lo cuento", reseña los antiguos festejos del barrio, como la verbena que a partir del siete de julio abría el novenario carmelito : "aquellas fiestas, absolutamente profanas aunque de pretexto religioso, tenían un marcado sabor de pasión juvenil...todas las calles del Carmen y las adyacentes, se adornaban según las posibilidades de sus vecinos, quienes, para presumir, hacían los imposibles, esmerándose el colgar adornos en ventanas y balcones ; tapices y enflorados jarrones, imágenes, festones, espejos y cortinas ; y por la noche, encendían farolitos de papel o de vejiga de colores abigarrados...".

Benítez nos informa de las populares golosinas callejeras que se vendían en esas fiestas, nos dice que había cañas de castilla, rosarios de tejocotes con sus padresnuestros y avesmarías, gaznates, borrachitos de aguardiente, galletas de soplo, gusanos rellenos, polvorones, empanadas, puerquitos ; los melindres, alegrías con semillas de ajonjolí y miel de colmena, las pipitorias, trompadas de pinguica, mueganos, etc. En lo referente a la dulcería estaban el xilacayotl, corriositas de canela, las charamuscas, jaleas de membrillo y durazno, alfajor de Colima, las campotas, ciruelas, cajetas envinadas y de leche quemada decorada con almendras y pasas, jamoncillos rellenos de cascarita de naranja y limón, las bolitas, jericallas, etc.

También estaban los clásicos antojitos mexicanos como el pollo a la Valentina, los cohetes mechados, las manitas en frío, los chiles en nogada, calabacitas con rajas, el manchamanteles, el espinazo con verdolagas y por supuesto que "sin faltar cierto bebedizo que los gastrónomos saboreaban con deleite, llamado resorte y que en aquel ambiente embriagador, los alegraba...". Víctor Hugo Lomelí dice que : "El barrio del Pilar, vecino del Carmen, no solo adelanto a éste en el tiempo, sino también en importancia urbana, demográfica y jerarquía eclesiástica y aún social por lo menos hasta el último tercio del siglo XIX en que parece que le barrio del Carmen lo supero, por lo menos socialmente". En 1688, los jesuitas fundaron el colegio de San Juan bautista, donde actualmente esta el cine Variedades, y sirvió en 1910 de Escuela Libre de Ingenieros y de Derecho. En las primeras décadas del siglo XVIII se estaba formando el barrio del Pilar, nombre que adquirió al construirse la capilla del Pilar, cuya primera piedra se colocó en 12 de octubre de 1718 y se abrió el culto en 1720.

El cuatro de octubre de 1777 en los anexos del templo se estableció la Casa de Recogidas, también en este local funcionó un colegio de niñas llamado Congregación de Maestras de la Caridad y Enseñanza (en 1784, Alcalde las trasladó cerca del Santuario), que después tomo el nombre de Beaterio Nuevo. En 1810, una parte de la antigua Casa de Recogidas se destinó a cárcel de mujeres, hasta que se construyó la Penitenciaría de Escobedo ; comenzando el siglo XX. Este local sirvió de convento de las monjas Reparadoras, después fue colegio marista y hoy es un estacionamiento.

El Pilar fue barrio, principalmente de españoles y su fiesta religiosa era del 12 de octubre, con música, fuegos artificiales y las señoras acostumbraban vestirse con trajes típicos de España. El templo se reconstruyó y amplió dedicado nuevamente el seis de octubre de 1882. En la calle de Parroquia (hoy González Martínez) casi pegado a la iglesia, nació el gran poeta tapatío Enrique González Martínez. Este barrio se caracterizó por su tranquilidad y su vida familiar, durante el último tercio del siglo XIX se fue extendiendo llegando al poniente a la avenida Enrique Díaz de León ; el 15 de agosto de 1895, se colocó la primera piedra del templo Expiatorio. Hoy, el templo del Carmen es uno de los más codiciados por los tapatíos, para contraer nupcias, bautismos , confirmaciones y comuniones ; el vecino exConvento del Carmen (en remodelación 1993) sigue con sus eventos culturales y venta de libros.

WEB Guadalajara: ciudad de las rosas http://www.guadalajara.net/html/barrios/05.shtml

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