Admira visualmente en bellas y melancólicas imágenes la grandeza histórica y arquitectónica de la Guadalajara bella, la Guadalajara elegante, la Guadalajara de ayer, la verdadera "Perla de Occidente", la ciudad de las Rosas, Guadalajara, Jalisco, México.
jueves, 31 de julio de 2008
Mercado Corona, 1953
El Mercado Corona es el más vivo ejemplo de la transformación y la permanencia de aquellos viejos edificios que aún existen en Guadalajara.
(Música de flautas) cuenta la historia que hace mucho, mucho tiempo (no, en ningún castillo y con ningún dragón), vivía en una vieja casa del centro el Señor Obispo Cipriano de Nava.
Fue él quien tuvo la ocurrencia de fundar en 1573 el colegio de Santa Catalina de Siena para “niñas bien”.
Pero como todo lo que empieza con un obispo debe terminar en rezos, el colegio declinó y se convirtió en convento para 1588.
Un día de pronto, el ayuntamiento cayó en la cuenta que la finca era demasiado grande para estar repleta de monjas (para nada estoy diciendo que fueran inútiles y una carga para la sociedad, no) y decidió colocar en el lugar el Hospital de San Miguel.
En 1704 se declaró oficial una epidemia sólo-Dios-sabe-de-qué (porque ni los médicos lo aclararon). La cuestión era que de pronto el hospital resultó insuficiente para tanto enfermo y se vieron obligados a pedir ayuda ¡lástima!, como caída del cielo llegó la orden de betlehemitas que ¡qué casualidad! estaban en busca de asilo y el hospital no les parecía mala opción. Una vez controlada la peste los betlehemitas no se marcharon de ahí.
Años más tarde, Fray Antonio Alcalde, obispo de la ciudad, consideró que aquel histórico hospital ya no cubría bien las necesidades de un pueblo enfermizo; sin mayor preámbulo en 1784 construyó un nuevo hospital bien equipado, y dejó desolado y triste el viejo hospital de San Miguel.
Entre 1809 y 1812 los tianguis resultaban insuficientes para tanta demanda (la derrama económica hacía brillar los ojitos de los funcionarios), ocurriósele entonces al tan ingenioso ayuntamiento la fastuosa idea de construir un mercado al muy estilo francés para satisfacer a sus comensales... y de paso, para cobrar algunas alcabalas (robo disfrazado de impuestos). El mercado recibió en honor al virrey el nombre de Venegas y en 1812 en ese mismo sitio fue ahorcado, descuartizado y decapitado (no fuera a ser que no quedara bien muerto) el independentista José Antonio Torres. Era de imaginarse que una vez ganada la independencia el nombre del mercado cambiara por el de, precisamente, Mercado Independencia. Pero no fue sino hasta 1861 cuando se derruyó el antiguo edificio y se construyó otro mucho más nacional bajo el auspicio del general Ramón Corona, quien por haber sido asesinado se ganó el privilegio de que el mercado llevara su nombre . Fue inaugurado patriotamente el 15 de septiembre de 1891. El gusto duró poco pues en 1910 entre luchas revolucionarias fue incendiado. Se reconstruyó (de madera), y una vez que sufrió 2 incendios más en 1919 y 1929, se les ocurriro la posibilidad de rehacerlo esta vez con cemento. En 1962 se reformó y permanece así hasta la fecha. Con tantos años de historia y los mejores puestos de pulque en su interior, el Mercado Corona es una de los más valiosos recuerdos de nuestra ciudad.
Tomado de: MAGAZINEMX
http://www.magazinemx.com
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Tristemente, volvió a incendiarse hace ya un par de años y es hora que todavía no terminan de reconstruirlo. Esperemos que el el nuevo y moderno edificio dé frutos y que el famosísimo Mercado Corona no quede en proyecto y conserve por lo menos el recuerdo de su historia tan importante en nuestra ciudad.
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