domingo, 24 de enero de 2010

Teatro Degollado a principios del siglo XX


Esta foto es del primer tercio del siglo XX. Al fondo se aprecia el templo de lo que fue el convento de los agustinos, en el templo se sigue oficiando la misa.

En la Plaza de la Liberación, entre la espalda de La Catedral y el frente del Teatro Degollado. Solamente había edificaciones normales de vivienda y comercios al estilo de las construcciones del centro, como se aprecia en la foto frente al teatro. En una de las esquinas de plaza de la liberacion se encontraba el palacio cañedo, que era una joya arquitectonica decimononica; hasta donde recuerdo haber leeido, esta construcción se encontraba a espaldas de catedral y a un costado de Palacio de gobierno, la historia nos dice un poco de esto: En un plano de 1774, muestra una hermosa construcción a espaldas de Catedral en la esquina suroeste de la actual plaza, con el titulo de: "Casas del Cabildo y Ayuntamiento de esta ciudad de Guadalajara, capital del reino de la Nueva Galicia en América Septentrional que hoy sirve de palacio y habitación al muy honorable Sr. José de Burgos, Caballero de la orden de Santiago del consejo de S.M., coronel de sus reales ejércitos, gobernadores y capitán general del reino de la Nueva Galicia y presidente de la real audiencia y cancillería del reino". Era una gran casa de dos pisos, con su puerta principal viendo al Palacio de Gobierno, era mejor conocido este edificio como "Casa señorial de los Balbuena".

Por otra parte desconozco si esta construcción posteriormente sea la misma que se llego a conocer como el Palacio de Cañedo.

Teatro Degollado a fines del siglo XIX

Teatro Degollado

Teatro degollado

Calles centricas del Guadalajara de Ayer


El 18 de mayo de 1561 se obtuvo la autorización por Cédula Real para edificar la iglesia Catedral, cuyo costo sería cubierto por la Real Hacienda, los encomenderos y los indios (disposición que no se cumplió del todo); así que el 31 de julio de 1561, Fray Pedro de Ayala quien fue el segundo obispo de la Nueva Galicia, colocó y bendijo la primera piedra de este bello templo.

A la ceremonia de esta colocación asistieron los cabildos eclesiástico y civil, la Real Audiencia y los nobles de la ciudad; poco después dio inicio la obra bajo la dirección del Alarife Martín Casillas, quien era "el maestro más insigne del reino".

La obra caminó muy despacio pues hacia falta el dinero, Leopoldo l. Orendáin nos cuenta que: "para Colmo de males, por un descuido, quemando pólvora para festejar las Pascuas del Espíritu Santo, cayó sobre el techo de zacate un flamazo.

Pronto se propago la lumbre al templo que quedó convertido en pavesas. Nada de "las muchas cosas de muy probado valor" se salvaron, a causa de esa desgracia ocurrida en 1574.

Las pérdidas se estimaron en más de 20,000 ducados" ( se refiere a la antigua Catedral). Con la falta de dinero y con la lentitud de los procedimientos administrativos, la construcción crecía muy lentamente; el Cabildo le manifiesta a las autoridades superiores, en abril de 1618, que ya se tiene culto en la nueva iglesia desde febrero, pero "pasan muy graves incomodidades por faltar mucho para acabar la dicha obra, como es el coro, puertas, ventanales, gradas, retablo, sacristía, sala de cabildo y, las demás oficinas necesarias".

A los cincuenta y seis años, seis meses menos tres días después de iniciada la obra, el lunes 19 de febrero de 1618 fue la dedicación de este templo, aunque se encontraba aún sin decorar, la fachada incompleta y sin torres. Se cuenta que ese día el Dean Antonio de Avila de la Cadena acompañado de muchos fieles, trasladó el Santísimo Sacramento de la vieja a la nueva Catedral. Mota Padilla nos da una reseña del evento: "Cantó la misa el arcediano Dr. Pedro Gómez de Colio, de quien ya vimos haber sido el primer sacerdote criollo de Guadalajara, el evangelio D. Juan de Torquemada, racionero y la epístola D. Diego García: predicó el Deán D. Antonio de Avila de la Cadena, asistió la R. Audiencia, que se componía de D. Juan de Avalos Toledo, D. Bartolomé de la Canal de la Madrid y D. Diego Medrano, oidores, siendo fiscal D. Gaspar de Chávez Sotomayor y alguacil mayor de Corte, D. Juan González de Apodaca; al lado de la epístola estaba una banca con los oficiales reales D. Francisco de Velasco,

Hernando de Múgica y Rodrigo de Zepeda; y después de la audiencia estaba otra banca de la ciudad, un estrado de tablas con sus barandas, en que se arrimaban las señoras oidoras, y el banco de oficiales reales que no tenía espaldar......". La dedicación se hizo bajo el título de la Asunción de la Sma, Virgen.

El historiador Ignacio Dávila Garibi nos narra que: "Los primeros altares fueron muy modestos a causa de la escasez de fondo en que se hallaba, entonces el cabildo eclesiástico; pero poco a poco fueron sustituidos por otros mejores, debidos a la piedad de algunos capitulares adinerados que destinaron gruesas sumas a la reconstrucción de los altares dedicados a los santos de su especial devoción. Según dice el P. de la Castilla, durante el pontificado del Exmo. Sr. Garabito se enriqueció este templo con vistosos colaterales y una crujía se formó un amplio cementerio, precisamente en el lugar que ocupa ahora el Sagrario Metropolitano; sus pretiles se coronaron de barandillas y almenas y se terminó la principal torre que queda al norte, próxima al palacio episcopal; poco después quedó también concluida la que está más al sur.
Cada una de estas torres estaba rematada por una enorme bola de piedra que sostenía una pesada estatua de cantera revestida de láminas o chapas de plomo representando una de ellas a San Miguel Arcángel y la otra al apóstol Santiago"

Hubo varios temblores que dañaron la construcción de Catedral, en 1687, 1739, 1749 y 1818 principalmente, el 22 de octubre de 1749 se cayó el frente del templo y el 31 de mayo de 1818, se derrumbaron las ya nombradas torres que eran muy parecidas a las que tiene el templo de San Francisco de esta ciudad. Muchos años duró la Catedral sin torres, fue hasta mediados del siglo XIX cuando el Arq. Manuel Gómez Ibarra construyó las actuales; "costaron, del 30 de julio de 1851 al 15 de julio 1854, 33,521 pesos más 7,166 de honorarios al arquitecto a razón de 2,000 pesos anuales" ( se empleo piedra pómez para aligerarlas en caso de temblor) Se cuenta una leyenda sobre la construcción de dichas torres, José Cornejo Franco nos dice que cuando el obispo Aranda y Carpinteiro, después de la procesión de Corpus (por 1850-1851), "el prelado amortiguaba el calorón de junio con pitayas servidas en un platón de aquellos con figuras y paisajes donde se veían campanarios piramidales, como los nuestros, y los dio por modelo al arquitecto" Gómez Ibarra.

Como dato curioso, las torres de este templo no miden lo mismo, la del lado norte mide 65.91 metros y la del sur 65.55; esta diferencia estriba en que la cruz del sur fue encajada un poco más al ser colocada en la punta de esta torre. Estas torres albergan a 16 campanas, la más vieja data de 1661 y la más joven de 1877.

El 22 de octubre de 1716, el obispo Mimbela consagró solemnemente esta iglesia y altar en honor a la Asunción de la Sma. Virgen, encerrando en el altar las reliquias de los santos mártires Concordio, Celso, Defente y Felicísimo.

Lucía Arévalo nos dice que: "La iglesia Catedral es de tres naves y seis tramos. La nave central estuvo hasta 1827, interceptada por el coro, fecha en que se cambio al lugar actual, sitio que antes ocupaba la Capilla de los Reyes. Debajo del coro y del altar mayor está la cripta que guarda los restos de varios de los obispos de Guadalajara.

Carece de capillas laterales, cuyos muros presentan arcos rehundidos con altares de cantería, y la capilla mayor es cuadrada. Los soportes son pilares cruciformes con medias columnas de fuste estriado y capitel toscano.

Corona el pilar un trazo de entablamiento; el vano Rectangular y los ósculos de los ventanales se parecen a los de la Catedral de Málaga. En el friso se continúa la convexidad de las columnas. La cubierta es gótica y de la misma altura de las tres naves; las bóvedas de la nave central son de terceteles y las ventanas, formadas por un vano rectangular y de dos ósculos son de "estirpe granadina".

Las Capillas más antiguas de la Catedral están bajo las torres, la más vieja era la del Sagrario (hoy el Señor de las Aguas) y al de enfrente (que lleva mucho tiempo cerrada) que llamaban del Marqués, dedicada a Nuestra Señora de la Soledad. El señor Fray Luis del Refugio de Palacio en su obra "Recopilación de Noticias que se Relacionan con la Milagrosa Imagen de Nuestra Señora de Zapopan", nos cuenta la leyenda del origen del Señor de las Aguas: "Es memorable, en la historia de Jalisco la inundación de los pueblos que había en el local que ocupa hoy la laguna llamada de la Magdalena. Una culebra de agua los destruyó y absorbió los más de sus habitantes. Con el resto se fundó de nuevo el pueblo de la Magdalena, y dejándose ver después de la inundación en la superficie de las aguas una imagen venerable de Nuestro Señor Jesucristo crucificado que de contado pertenecía a alguna de las iglesias de los pueblos inundados, entraron en pleito en tal forma los indios que pretendían separarse y llevarlo a la respectiva iglesia. La curia eclesiástica mandó traerlo a Guadalajara y para cortar un rompimiento entre ambos partidos, la colocó en la Catedral, y es el que se venera con el nombre del Señor de las Aguas". En 1827 se trasladó el coro a lo que por muchos años había sido Capilla de los Reyes, detrás del altar mayor, trabajos que se le encargaron al Arq. Mariano Mendoza quien fue el que construyó la cúpula del coro que arruinaron los temblores de 1875, al cual fue sustituida por la que se encuentra actualmente, obra del ingeniero Domingo Torres.

En la parte baja del coro se encuentra una cripta (recientemente remodelada) donde descansan los restos de varios obispos, "a la que antiguamente bajaban los canónigos el día de finados a cantar los últimos responsos del oficio de difuntos".

Aquí se encuentran los señores José Garibi Rivera, José Salazar López, Juan Santiago y Garabito, Juan Jesús Posadas Ocampo, Fco. Gómez de Mendiola y el Corazón de Juan Ruiz de Cabañas y Crespo. En 1863, se sustituyó el antigua altar mayor que era todo de plata v fundido en 1860, se remplazó por el ciprés de mármol que regaló el obispo Espinoza y Dávalos, traído de Génova y costó la grandiosa cantidad de treinta mil pesos de los de aquel entonces (ciprés que fue quitado hace pocos años e ignoro donde se encuentre). Dávila Garibi en sus "Memorias Tapatías" nos dice algo del antiguo altar: "Tenía la forma de un bellísimo ciprés de planta cincelada, de indiscutible mérito y gran valor; sus frontales eran también de bruñida plata, lo mismo que los innumerables objetos que lo adornaban, siendo el principal una gran lampara que pendía del centro de la nave en dirección del templete y que según el Dr. Del Campo y Rivas, tenía tres varas de diámetro, nueve de circunferencia y otras tantas de longitud; se componía de tres mil doscientas setenta y siete piezas, las cuales, sin incluir los arcos y varillas de refuerzos, pesaban cuatro mil setecientos marcos y tres onzas y media de plata. Esta valiosisima lámpara con los candiles, candelabros y candeleros de plata que le hacían juego, se fundió lo mismo que la plata que cubrían el altar mayor, durante la llamada "Guerra de Tres años", perdiéndose con esto una verdadera fortuna".

El literato e historiador José Cornejo Franco nos dice que la Catedral tiene una fachada monumental "con sus contrafuertes, en los espacios que éstos dejan se ven la portada principal y dos laterales que dan entrada a las naves de la iglesia, tres naves cuyas bóvedas se encuentran a la misma altura. Los frontis son airosos y bien proporcionados; columnas dóricas sostienen el arquitrabe rematado por un frontón triangular en las portadas laterales; la central de peralta y sus columnas, con las del segundo cuerpo, tiene capiteles corintios", en el intercolumnio superior tres imágenes en sus nichos, rematando en frontón partido.

Toda la fachada está cubierta por enorme frontón, circular, almenado, con un pabellón gótico, de reminiscencia mudéjar, sobre el eje, la caseta del reloj; el tímpano de este frontón está ornamentado con un bajo relieve que representa la Asunción de María.

Los cubos de las torres sostienen el antiguo primer cuerpo de los campanarios de pilastras y comisas toscanas, con dos arcos en cada frente; ya el segundo cuerpo es de mediados del siglo pasado, con apareadas lucernas ovales; de él que arrancan los remates piramidales......"Como dato curioso, a los campanarios se llega tras 98 escalones. En 1915 se quitó el atrio que tenía la Catedral, el cual era "amplio, enverjado entre pilastras rematadas con macetones, y cuatro grandes canceles, obra toda del primer arzobispo Don Pedro Espinosa (1853 -1866). Antes, la gradería avanzaba hasta la plazuela, habiendo de trecho en trecho guardacantones con argolla para que los señores capitulares que venían a coro en cabalgaduras, las amarrasen".

Al centro de la fachada de Catedral está un reloj que antes estaba colocado en la torre sur hasta 1877; en 1910 se traslado al Santuario de Guadalupe; se colocó uno nuevo (el que hoy está) "con soneria, adquirido por el Exmo., Sr. Lic. Don José de Jesús Ortíz", corona a este reloj una cruz de hierro catada. Sintetizando un poco, la Catedral mide 77.80 metros por 72.75 metros y 65.91 de altura máxima, posee 30 columnas dóricas, tres naves, tres puertas en la fachada, coro, altar mayor, once altares laterales, está dedicada a la Virgen de la Asunción y conserva muchas reliquias. Eduardo A. Gibbón en su obra "Guadalajara (La Florencia Mexicana)" refiriéndose a Catedral nos dice que: "Desde las bancas de hierro del aromático jardín de la Plaza de Armas, he contemplado, absorto el pensamiento, esa enorme mole arquitectónica de tan bellas líneas y matemáticas proporciones destacándose ante mi vista como un palacio de oro bañado todo por la argentina luz de la luna".

En el entablamento de la fachada, entre dos amplias comisas, esta escrito el texto del Salmo

126:NISI DOMINUS EDIFICAVERIT DOMUM IN VANUM, LABORAVERUNT QUI AEDIFICANT EAM.

Que significa, "Si el señor no edifica la casa, en vano trabajaban los que la construyen". Cornejo Franco nos sigue informando que: "La Sacristía es amplia, con cubierta de crucería; lateralmente, en los lunetos dan luz los vanos rectangulares de labrada cantera; el piso es de buena madera y en tres tramos de cajonera tallada se guardan los ornamentos. Cubre el testero gran mural con su marco dorado, copia de la Disputa del Sacramento de Rafael, ejecutada por Don Felipe Castro". También en la Sacristía se encuentra un bello cuadro de la Purísima Concepción, obra del pintor español Bartolomé Esteban Murillo.

Catedral (noten el atrio que hoy desgraciadamante esta desaparecido por la av. Alcalde)

Catedral


El edificio que ocupaba el espacio donde hoy se encuentra el Ayuntamiento de Guadalajara, era el Palacio del Arzobispado. La foto es de fines del siglo XlX o pricipios del XX y efectivamente ese edificio fue el Palacio Episcopal el que el Ayuntamiento de Guadalajara ocupo el 15 de septiembre de 1915 instalandose ahí las Cuartas Casas Municipales, hasta el 31 de julio de 1948, exceptuando el lapso comprendido entre marzo de 1922 a enero de 1923, en que fue ocupado el edificio por las fuerzas constitucionales y el Cabildo se vio obligado a trasladarse de nueva cuenta a lo que habían sido sus Terceras Casas Municipales. Este edificio, conocido como ex Arzobispado fue adquirido por el clero a finales del siglo XVIII y lo reconstruyó totalmente el obispo Diego Camacho y Avila.

El clero tuvo posesión de este inmueble hasta 1860, cuando lo ocupó el Ejército Liberal, después el gobernador Y comandante militar del Estado, general Pedro Ogazón, puso en vigor la Ley de Nacionalización de Bienes Eclesiásticos, expedida el 12 y 13 de julio de 1859 y en virtud de ésta, pasó el edificio a ser propiedad de la nación. En 1863, durante el gobierno del general José María Arteaga, estuvieron sus oficinas en este Arzobispado, pero con motivo de la aproximación del ejército francés (enero 1864), volvió a ser ocupado el edificio por el clero. Después de muchos problemas, son expulsados en julio de 1914 a la entrada de los revolucionarios a la ciudad, al mando del general Alvaro Obregón y el inmueble pasó a las nuevas oficinas del Ayuntamiento.

Antes de la instalación del Ayuntamiento en el edificio, el ex-Arzobispado fue aseado y desinfectado en su totalidad, durante el mes de febrero de 1915, trabajos a cargo de la Junta Directiva del Consejo Superior de Salubridad. En los meses subsecuentes se arreglaron las vidrieras, herrajes, chapas en las puertas, cuatro letrinas y un mingitorio. Se le colocó cemento en los pisos, etcétera; costando todo esto más de 30 mil pesos. Una descripción de lo que era este Palacio Episcopal, nos narra Villa Gordoa en su "Guía de Guadalajara", nos dice que "...Una gran puerta dorada con dos columnas de orden sencillo caprichoso da entrada a este edificio que es de dos pisos y, se compone de dos departamentos. El primer patio es amplio y rodeado de cuatro corredores que sostienen veinte columnas de orden jónico, correspondientes a otras en igual número que forman los cuatro corredores superiores que pertenecen al orden corintio.

La escalera es de una elegancia notable y de estilo gótico, hallándose colocado en la pared que la limita un cuadro pintado al óleo que representa a Ntra. Sra. del Rosario, de buena ejecución. El techo de la escalera lo forma una airosa linternilla rematada en bóveda... El segundo patio es un poco más reducido que el anterior y las columnas de los corredores pertenecen al orden toscano. En el primer piso de este departamento se encuentra establecido un colegio de infantes dedicado exclusivamente a enseñar música, canto e instrucción primaria a los niños que hacen de monaguillos y componen el coro de la Catedral...

Este edificio, fincado donde antes era una casa pequeña y de mal aspecto, fue construido en el año de 1852 por don Manuel Gómez y por orden del señor obispo D. Diego Aranda. Su coto fue de 46, 000" (descripción de 1888). Ya en funcionamiento las oficinas administrativas del Ayuntamiento, hubo varios acondicionamientos y composturas menores, al paso del tiempo la ciudad y la población crecía y con ello la demanda de servicios públicos, viéndose obligado el Ayuntamiento a modernizar sus instalaciones para dar un mejor servicio. En 1919 se instaló la sección médica que atendía a los detenidos en la Inspección General de Policía y a los empleados de las oficinas municipales.

En 1920, se instalaron las oficinas de censos y se amplió el departamento de Inspección de Bebidas y Comestibles. En marzo de 1922, regresaron a las Terceras Casas Municipales, porque tuvieron algunos problemas con lo referente a quien era el dueño del ex-Arzobispado, estuvieron en esas Terceras Casas hasta enero de 1923. En el año de 1934, se vendieron las antiguas Casas Consistoriales al gobierno del Estado en 60 mil pesos y el 13 de octubre de 1939, el edificio del ex-Arzobispado le fue concedido al municipio por el general Lázaro Cárdenas, Presidente de la República. Una vez que el ayuntamiento tuvo la seguridad que ya no sería despojado del edificio, hizo una serie de mejoras materiales, que se inauguraron el Iro. de febrero de 1946, siendo presidente municipal Marcelino García Barragán. En la ceremonia de inauguración, se colocó una placa alusiva en el cubo de la escalera. Estas obras no duraron mucho, pues dos años después, el inmueble fue demolido para construir el actual Palacio Municipal, Los trabajos se iniciaron el 23 de agosto de 1948 y desapareció completamente la construcción el 12 de octubre del mismo año.

Catedral Metropolitana de Guadalajara

El Templo que ocupaba el espacio donde hoy se encuentra la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, era el Templo de la Soledad

miércoles, 10 de junio de 2009

Santuario



A solo 6 años de ser obispo Fray Antonio Alcalde, fundó un nuevo barrio con la erección de un templo. Se colocó la primera piedra del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe el 7 de enero de 1777, cuatro años después y el 7 de enero de 1781 la iglesia ya estaba concluida. Esta fue el núcleo del barrio del Santuario, que es el más significativo de esta ciudad, tanto por lo urbanístico, religioso, político, social económico y administrativo. Cuando llegó Alcalde a estas tierras tapatías, los límites del ciudad eran, por el norte, la del Convento de Santo Domingo (templo de San José), el Colegio de Niñas de San Diego (Garibaldi, González Ortega), y la antigua Plaza de Toros (hoy Mercado Alcalde). Veinte años después de la muerte del Alcalde (1792), el barrio del Santuario ya estaba bien desarrollado. La ciudad ahora se extendía hacia el Hospital de Belén u Hospital Civil), detrás de este nosocomio estaban las barranquitas, en al cual fueron sacrificados muchos de los vecinos españoles, durante la ocupación del ejercito insurgente, encabezado por Miguel Hidalgo. En ese mismo año ya estaba terminado y en servicio el Santuario de Guadalupe con un cementerio en el atrio (llamado de Guadalupe), construidas y equipadas las famosas "cuadritas" que eran vivienda para familias pobres, que pagaban rentas pues meramente simbólicas.

Eran 158 viviendas ocupadas por el mismo número de familias y 576 habitantes ; se puede considerar que estas "cuadritas" fueron las fundadoras del barrio, de lo que hoy sólo nos quedan parte de la fachada de la finca número 576 de la Avenida Alcalde.

También existía el Beaterio, escuela de niñas con enseñanza de artes y oficios (hoy Palacio Federal), ya en servicio el jardín del Santuario, la Escuela de Niños con su casa del maestro, en Hospital Civil y la Iglesia de Belén. En1787, dio inicio la construcción del hospital y la iglesia de Belén, ampliando consideradamente el área urbana por la parte norte, mientras que por el noreste nacía muy pobre, aislado y rudimentario el barrio del Retiro ; pasó el tiempo por iniciativa de Alcalde, se establecieron los primeros talleres familiares de hilados y tejidos, que ayudó en mucho a la economía de la ciudad y las familias del barrio del Santuario, eran famosos los rebozos que estas industrias familiares hacían.

En el siglo pasado, el ritmo de expansión de este barrio se mantuvo, pero en el último tercio de este siglo se quiso convertir en residencial, comenzaron a levantarse casas muy suntuosas para ricos hacendados, familias ricas, etc., en Santa Mónica, Pedro Loza, Alcalde, Reforma, Garibaldi, Angulo y otras ; como ejemplo tenemos las famosa "Casa de los Perros"", obra del Ing. Arnulfo Villaseñor.
A pesar de esto, el barrio mantuvo su carácter predominante de clase media, es por eso que vemos fincas señoriales junto a otras no tan señoriales.

Famoso este barrio del Santuario por sus personalidades nacidas o radicadas en él, como Agustín de la Rosa (protector de la niñez tapatía), el presbítero Severo Díaz (astrónomo), Silverio García (benefactor), Agustín Yañez que nació en la casa 523 de Manuel Acuña, etc.

La gran fiesta anual de este barrio se celebra el 12 de diciembre. El historiador Dávila Garibi en sus "Memoria Tapatías" nos dice que la época más brillante de los festejos Guadalupanos en esta ciudad fue a mediados del siglo pasado cuando por la invasión norteamericana de 1847, el fervor nacionalista se enardeció manifestándose particularmente en estas conmemoraciones. Este festejo dedicado a la Guadalupana consistía en un novenario con organización de un convite, en el que se incluía "un carro lujosamente adornado en el cual varias preciosas niñitas vestidas de ángeles repartían los programas de la función". Dávila Garibi nos informa que : "el número saliente del programa era la procesión que en la tarde del día doce o del domingo inmediato salía del Santuario de Nuestra Señora y recorría las calles que entonces se llamaban de Santo Domingo, San Diego y el Santuario... las calles del trayecto casi quedaban entoldadas con numerosos lazos de ropa ; tápalos finos de burato multicolores, mascadas de seda chinas y otros lienzos finos propios de la época.
Las ventanas se veían cubiertas con cortinas blancas de punto o de tachihual adornadas con moños de listón y ramilletes y coronas de flores artificiales. El pavimento se regaba con hojas verdes y flores naturales sobresalientes sobre ellas con abundancia, frescura, tamaño y color lo que en aquel entonces llamaban catrina, hoy más conocida con el nombre de "Flor de Noche Buena" ; también se adornaban las casas, aceras, etc.
La imagen de Guadalupe era sacada en procesión, visitando casas particulares del barrio donde se habían levantado bellos altares o simplemente, depositaban la imagen por unos momentos sobre los marcos de las puerta o de las ventanas , "lo más caracterizados vecinos se disputaban el honor de cargar el cuadro de nuestra Señora de Guadalupe durante la procesión, en la que además de la Guadalupana salían las imágenes titulares de otros varios templos, los cuales formaban una especie de corte de honor". Todos los 12 de diciembre en el jardín del Santuario se quemaban 12 castillos en honor de la Virgen, había danzas, vendedores de cañas, mueganos, celestinas, varitas de tejocotes enmielados, cacahuates y otras golosinas.

La fonda de la Valentína (Valentina Santos Oropeza) ofrecía el sabroso pollo, famoso nacional e internacionalmente. Aquí acudieron para probar los pollos Francisco Villa, Henry Ford, Lazaro Cárdenas, Manuel Avila Camacho, Margarito Ramírez, Everardo Topete, Agustín Yáñez, Jesús González Gallo, como entre otros. Valentina Santos nació en Nochistlán Zacatecas en 1876.

Al jardín del santuario se le llamo Hidalgo, porque frente a la iglesia existió una estatua del Padre de la Patria, figura que tenía una mano hacia arriba y en la otra portaba un estandarte Guadalupano ; era de barro y al paso del tiempo unos jóvenes la destruyeron a pedradas.

En la segunda mitas del siglo XX al noreste del barrio se establecieron algunas tenerías (que antes estaban en Mexicaltzingo). El señor Genaro Aceves Mezquitán nos cuenta : "El mercado de la plaza de toros ; hoy Alcalde fue "de toros", Por dos razones : por las calles de Pino Suarez, Manuel Acuña y Herrera y Cairo ; los domingos vendían "toritos de barro" con un pitito que hacían los indios de Santa Cruz de las Huertas ; valían a dos centavos. Después se vendió la loza de barro : jarros, cazuelas, comales.
La otra causa es que entre las calles de Herrera y Cairo, belén y Pino Suárez estaba la plaza de toros, que se llamo la colorada. En ella torearon : Joaquín Hernandez Parrao, Juan Calleja el Colorín, Juan Jiménez el Excejano, y otros más. Recuerdo que en la plaza de toros, para el 15 de septiembre, por venía se hacían toros y circo. Por un real, se estaba en sombra y por medio real en sol.
Primero era el circo y luego seis toros o viceversa".

Continua narrando que : "El mercado no era como lo es hoy ; en aquel tiempo, era un puro jacalón de lámina de Zinc... al costado oriente del templo del santuario estuvo el hospital militar, llamado Hospital de Sangre, precisamente donde hoy día esta el Palacio Federal, Correos, Telégrafos".

WEB Guadalajara: ciudad de las rosas http://www.guadalajara.net/html/barrios/04.shtml

Nuestra Señora de Zapopan

Franciscano

Foto antigua del Santuario de Zapopan

Foto antigua del Santuario de Zapopan

Foto antigua del Santuario de Zapopan

Foto antigua del Santuario de Zapopan

Basílica de Zapopan

Basílica de Zapopan (1942)

Artesanos de Tlaquepaque

Artesanos de Tlaquepaque

Artesanos de Tlaquepaque

Artesanos de Tlaquepaque

Artesanos de Tlaquepaque

jueves, 21 de mayo de 2009

Vista aérea de Guadalajara en 1942


Vista aérea de Guadalajara en 1890


Universidad de Guadalajara en 1936


Tranvía en av. Corona en 1924




Los tranvías de dos pisos de Guadalajara, construidos por McGuire Cummings, fueron numerados 50 y 51. Esta rara vista del 50 demuestra la “cubierta de la decencia”; esto permitía a las damas respetables subir las escaleras. El fotógrafo miraba hacia el norte en la calle Corona, con la Catedral a la distancia.

(Tomado de "Tranvías de Guadalajara" de Gustavo Granero)

Comentario de Luis Flores

Torres de catedral


Cipico cargamento de ollas


Templo Expiatorio en construcción



Templo expiatorio, proyecto del arquitecto Adamo Boari, La obra se inicia en 1897 siendo arzobispo Pedro Loza y Pardavé, de 1912 a 1919 por la Revolución Mexicana se suspenden los trabajos, mismos que posteriormente se reinician a cargo del Ing. Luis Ugarte Vizcaíno y que termina el Arq. Ignacio Díaz Morales
y ´lvarez Tostado hasta la muerte del Cardenal Losé Garibi Rivera en 1972.

Las puertas de bronce son diseño del escultor mexicano, Benito Castañeda, los mozaicos de la fachada son del pintor Francesco Bencivenga elaborados en los talleres del Vaticano así como los vitrales diseñados por el pintor francés Maurice Rocher y el retablo del altar mayor es de Javier Corberó de Barcelona.


Templo Expiatiorio


Templo expiatiorio


Templo de Santa Mónica


Templo de Santa Mónica


Templo de San Sebastián de Analco


Templo de San José de Gracia

Templo de San José de Analco




Los franciscanos tenían fundado un convento en Tetlán, cerca de San Pedro, Tlaquepaque, pero al fundarse Guadalajara los franciscanos cambiaron su convento al sitio donde actualmente esta ocupado por San José de Analco. Junto con los frailes se vino casi toda la población indígena de Tetlán (cocas y tecuexes), rumbo a la región de Analco, palabra que se significa "al otro lado del río". Al año siguiente 1543 se trasladaron a la otra banda del río, que después sería el Baño de las Delicias y la plazuela de San Fernando, entre Héroes y la Calzada Independencia. Ya para 1550, Analco tenía 500 habitantes, ¡imaginese ! doblaban la población de Guadalajara en ese mismo tiempo. A principios del siglo XVII, aumentó la cifra a tres mil habitantes y Analco cobró mucha importancia. De 1542 a 1543 se comenzó a construir una pequeña ermita de adobe y zacate en la parte sur de San José de Analco, aquí se colocó una imagen de San Sebastián Mártir, que rápidamente cobro fama de muy milagroso en el pueblo indígena.

La mitad de San Sebastián en el siglo XVII, "se agrandó sucesivamente hasta formar una nave central con dos capillas laterales que la cruzan al centro" sobre el primitivo pueblo de Analco no existen referencias históricas. La población indígena de este pueblo ayudo a edificar buena parte de la primitiva Guadalajara, faenas y trabajo ; preferían los trabajos de habilidades artísticas y artesanales, pues Francisco Mafra nos dice que : "sin saber leer ni escribir fue causa de que muchos indios de los pueblos de Mexicaltzingo y Analco saliesen excelentes lectores, escribanos, músicos de todo género de instrumentos, de los cuales hasta hoy ha habido grandes organistas, bajoneros y cornetas y de alguno de ellos se ha servido la catedral y hoy esta sirviendo tres puntos".

Los habitantes de Analco siempre se distinguieron por sus dotes artísticos, artesanales y creativos, pero también recibieron los perores tratos y abusos de los españoles, Mota Padilla narra que : "teniéndolos sino por esclavos, a lo mejor esclavizados, porque como los indios son ignorantes y en materia fiárseles o suplírseles no reparan, los dueños de haciendas los cargaban de crecidas cantidades, con lo que les imposibilitaba el desempeño : por lo que hizo se practicasen las leyes que prohiben el que a los indios se les fíen arriba de cinco pesos, que es lo que pueden pagar cómodamente...". Roberto Sánchez Escobar decía que: "frente al templo de San José de Analco, se hizo una plazuela bardeada, que hacía las funciones de mercado, con un hidrante para el uso del pueblo.

En el presente siglo se construyó la fuente estilo colonial, junto con el trazo del actual jardín. Algunas personas ancianas me refirieron, que también fue rastro". Antes de la guerra de Independencia, Analco fue declarado barrio de la ciudad y oficialmente en 1821. En el siglo XVIII San Sebastián se amplió con las capillas de Nuestra Señora de la Salud, del Calvario y del Virgen de Guadalupe, tenía un atrio muy grande y una plazuela que fue mercado y baratillo, después se construyó una escuela que actualmente es un pequeño parque.

A principios del siglo XX en el solar antiguo del templo, se construyó la casa de ejercicios espirituales, la cual perduro hasta 1914 en q ue "fue incautada", también ahí se encuentra el bello "Patio de los Angeles", arquería y columnas que pertenecieron al patio del claustro del Convento de Santa Mónica. Este barrio de Analco abarca de la Calzada Independencia a la Calzada del Ejercito, y de la Plaza de la Bandera por el oriente ; de la Avenida Revolución por el norte a la calzada 5 de febrero, en el sur en la avenida 5 de febrero y la calle de los Angeles, junto al río estaba el famoso Molino de la Joya y atrás de este hacia el oriente, estuvo el panteón de los Angeles, del 2 de noviembre de 1829 hasta mediados de los años 20 de este siglo, pues el Gobernador José Guadalupe Zuno construyó el Estadio Municipal, que a principios de los 50´s fue demolido para edificar la vieja Central de Autobuses, inaugurada por Agustín Yáñez el 8 de julio 1955, este barrio recogió la antigua pastorela y le dio un sello propio, principalmente a finales del siglo anterior y primeras décadas del actual.

La profesora Elisa Gallo de Preciado nos dice las pastorelas que : "sus promotores más importantes lo fueron Don Prudencio Guerrero y Doña Victoria Madrigal. Don Prudencio Guerrero presentó su pastorela en la finca que fue ocupada, intercaladamente como plaza de gallos, en la antigua calle de Aguila, hoy Insurgentes y era tanto el público que asistía, que se compara a la concurrencia a una función de box hoy en día, en la Arena Coliseo, situada también en el barrio de Analco".

Famosas también fueron las "jamaicas" y las celebres verbenas ; decía la profesora Gallo, es una "especie de feria que se celebra para reunir dinero con fin benéfico... con gran alegría y vistosidad se efectuaba al aire libre en local acotado o circulado" ;refiriéndose a las verbenas decía que : "eran en el barrio de Analco, brillantes, pues se reflejaban los dos aspectos en un pueblo ; el religioso, pues en septiembre era la llegada de la Virgen de Zapopan al templo de Analco ; al aspecto cívico, patriota, en la celebración del grito de Independencia". Elisa Gallo nos cuenta una sabrosa leyenda : "En 1940, fue el año que estuvo más en boga la canción Capullito de Alheli, y era tanta la ingenuidad de los vecinos del barrio de Analco, que bajó de popularidad, porque ocurrió la versión de que se aparecía un catrín "el diablo" silbando esta canción.

Poco a poco corrió el rumor a todos los barrios de Guadalajara y prohibieron escucharla y cantarla. Las jovencitas que no obedecían, eran severamente reprendidas por sus tías abuelas". Actualmente Analco "En un barrio empobrecido, punteando con sus innumerables talleres mecánicos, sus vecindades y casuchas. Barrios laboriosos y creativos por tradición, hoy lo sigue siendo como barrio proletariado".

WEB Guadalajara: la ciudad de las rosas http://www.guadalajara.net/html/barrios/01.shtml

Templo de San Francisco


Templo de San Felipe


Templo de San Felipe


Templo de San Felipe


Teatro Degollado




En 1855 comenzó a gestarse la idea de que Guadalajara debía contar con un teatro digno de los jaliscienses. Siendo gobernador del estado el general Santos Degollado es emitido el decreto para su edificación. Originalmente se aceptó designar al teatro con el nombre de Alarcón, en honor del dramaturgo Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza, el autor teatral mexicano más destacado en los tres siglos virreinales. Sin embargo, tras la muerte del general Degollado fue firmado un decreto para cambiar el nombre del edificio. El autor del proyecto, la ejecución de los planos y la dirección de la obra corrió a cargo del arquitecto tapatío Jacobo Gálvez, quien determinó la colocación de la primera piedra en el año 1856.

Diez años después se verifica la apertura oficial con la representación de la ópera de Donizzetti, Lucía de Lamermoor interpretada por la afamada soprano y actriz Ángela Peralta, conocida mundialmente como El ruiseñor mexicano. El edificio corresponde al periódo neoclásico y en la actualidad, tras su última restauración, es de los mejores conservados en Hispanoamérica. Su sala principal, muy semejante a la Scala en Milán, alberga importantes obras de arte, siendo la más relevante el mural que representa el Canto Cuarto de la Divina comedia, obra de la literatura universal escrita por el poeta Dante Alighieri, ejecutado por los pintores jaliscienses Jacobo Gálvez, Gerardo Suárez y Carlos Villaseñor.

A lo largo de su historia, el teatro ha tenido varias reaperturas: el 13 de septiembre de 1866, el 30 de octubre de 1880, el 15 de septiembre de 1910, el 28 de junio de 1941, el 8 de septiembre de 1964 y el 25 de noviembre de 2005.

En su más reciente restauración se aplicaron transformaciones muy relevantes al inmueble, como la colocación de nuevos pisos, butaquería, trabajos de pintura, sustitución de luminarias, cambio de duela en el escenario e instalación de plataforma hidráulica, instalación de nuevo sistema de aire acondicionado y remodelación de área de camerinos, entre otras. En el marco de esos trabajos, también se aplicó restauración a la hoja de oro de 23 3/4 kilates en áreas como arco de proscenio, águila colosal, marcos, columnas, remates y mascarones en proscenios. Sumamente importante también fue la restauración del telón guillotina que representa una escena griega llamada Festival ateniense, obra que data de alrededor de 1880 y cuya pintura fue ejecutada por el artista italiano Carlos Fontana.

En la actualidad, el recinto es sede de la Orquesta Filarmónica de Jalisco y de espectáculos relacionados con el teatro, ópera, danza y festivales artísticos y culturales.

Santuario de Guadalupe