Antiguo Teatro Cine Cuauhtémoc, del cual, hoy en día solo queda la fachada, su interior fue totalmente demolido y funciona actualmente como estacionamiento público. Ubicado en la calle de Juan Manuel No. 624 entre Contreras Medellín y González Ortega, en el centro de Guadalajara.
Probablemente la única obra arquitectónica de estilo neoindigenista de Guadalajara. En un origen fue el Corral de un Mesón; posteriormente fungió como Teatro en el que se montaban pastorelas y obras "para adultos". Una vez construido, el Teatro se convirtió en un sitio importantísimo en la historia tapatía, fue precisamente ahi donde se llevó a cabo la primera junta antireleccionista! Posteriormente fue cine perteneciente al Circuito Montes, tristemente a causa de un incendio dejó de funcionar como tal y cada día se deterioró más y más, perdío prácticamente todos sus elementos decorativos con los cuales su arquitectura se clasifica como Neo-Indigenista y lamentablemente terminó siendo un simple estacionamiento, el cual actualmente parece ya no está en servicio.
La historia de las salas cinematográficas en Guadalajara nos remonta a principios del siglo XX, cuando se fundaron salas como El Salón Verde (1904) o el Salón Azul (1912). En otros casos, se trató de teatros que fueron adaptados para realizar proyecciones.
Así inicia la historia del que un día, a finales del Virreinato, fuera el teatro Apolo, aquel que durante varios años sirvió de escenario para pastorelas, y que fue remodelado en 1902 por iniciativa de su dueño –don Prudenciano Guerrero- con apoyo de la Cervecera Cuauhtémoc que pagó la fachada (motivo por el cual cambió de nombre a Teatro Cuauhtémoc); posteriormente fue adquirido por Feliciano Estrada -uno de los promotores del séptimo arte en la ciudad-, convirtiéndose en el Cine Cuauhtémoc.
En su primera función se proyectó ‘Las fiestas del centenario en México’, que en palabras de los estudiosos del tema, se trató de una especie de documental en el que se mostraba el desfile histórico encabezado por el ministro español Camilo García de Polavieja, quién aparecía portando el estandarte que usó Miguel Hidalgo al iniciar la guerra de Independencia.
Durante esta época, apostarle al giro cinematográfico resultaba muy complicado; por un lado había muy pocas agencias que se dedicaran a la renta de películas, y por el otro las pocas cintas que circulaban en México tenían un alto precio de alquiler, por lo que la oferta comenzó a volverse monótona.
Ante esta situación el dueño del Cine Cuauhtémoc decidió rentar el inmueble para que se presentaran funciones de marionetas. Fue hasta el 17 de octubre de 1911 que este cine re abrió sus puertas para volver al giro de las imágenes en movimiento, y lo hizo con la cinta Vonot. Esto fue posible debido a que los señores José Montes y Carlos Pérez Rojas, fundaron una empresa con la que echaron a andar tres salas de cine: Excelsior, Allende y Cuauhtémoc.
El Cuauhtémoc era un espacio para los que no podían pagar mucho, sus localidades oscilaban entre los 5 y los 10 centavos (precios de galería y luneta, respectivamente). Según testimonios de la época este factor hacía que el cine luciera abarrotado en sus funciones, pero también que dicho hacinamiento causara molestias a los asistentes, éstos iban desde empujones, gritos y peleas durante la función, sin contar el calor y los aromas, fruto de la humanidad que asistía a la funciones.
La finca está ubicada por la calle Juan Manuel –apenas a unos metros al oriente del Templo de Capuchinas- y actualmente funciona como estacionamiento. Aún se pueden apreciar algunos detalles de la fachada del antiguo cine, sin embargo su interior fue demolido.
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