Tranvía en av. Corona en 1924




Los tranvías de dos pisos de Guadalajara, construidos por McGuire Cummings, fueron numerados 50 y 51. Esta rara vista del 50 demuestra la “cubierta de la decencia”; esto permitía a las damas respetables subir las escaleras. El fotógrafo miraba hacia el norte en la calle Corona, con la Catedral a la distancia.

(Tomado de "Tranvías de Guadalajara" de Gustavo Granero)

Comentario de Luis Flores

Templo Expiatorio en construcción



Templo expiatorio, proyecto del arquitecto Adamo Boari, La obra se inicia en 1897 siendo arzobispo Pedro Loza y Pardavé, de 1912 a 1919 por la Revolución Mexicana se suspenden los trabajos, mismos que posteriormente se reinician a cargo del Ing. Luis Ugarte Vizcaíno y que termina el Arq. Ignacio Díaz Morales
y ´lvarez Tostado hasta la muerte del Cardenal Losé Garibi Rivera en 1972.

Las puertas de bronce son diseño del escultor mexicano, Benito Castañeda, los mozaicos de la fachada son del pintor Francesco Bencivenga elaborados en los talleres del Vaticano así como los vitrales diseñados por el pintor francés Maurice Rocher y el retablo del altar mayor es de Javier Corberó de Barcelona.


Templo de San José de Analco




Los franciscanos tenían fundado un convento en Tetlán, cerca de San Pedro, Tlaquepaque, pero al fundarse Guadalajara los franciscanos cambiaron su convento al sitio donde actualmente esta ocupado por San José de Analco. Junto con los frailes se vino casi toda la población indígena de Tetlán (cocas y tecuexes), rumbo a la región de Analco, palabra que se significa "al otro lado del río". Al año siguiente 1543 se trasladaron a la otra banda del río, que después sería el Baño de las Delicias y la plazuela de San Fernando, entre Héroes y la Calzada Independencia. Ya para 1550, Analco tenía 500 habitantes, ¡imaginese ! doblaban la población de Guadalajara en ese mismo tiempo. A principios del siglo XVII, aumentó la cifra a tres mil habitantes y Analco cobró mucha importancia. De 1542 a 1543 se comenzó a construir una pequeña ermita de adobe y zacate en la parte sur de San José de Analco, aquí se colocó una imagen de San Sebastián Mártir, que rápidamente cobro fama de muy milagroso en el pueblo indígena.

La mitad de San Sebastián en el siglo XVII, "se agrandó sucesivamente hasta formar una nave central con dos capillas laterales que la cruzan al centro" sobre el primitivo pueblo de Analco no existen referencias históricas. La población indígena de este pueblo ayudo a edificar buena parte de la primitiva Guadalajara, faenas y trabajo ; preferían los trabajos de habilidades artísticas y artesanales, pues Francisco Mafra nos dice que : "sin saber leer ni escribir fue causa de que muchos indios de los pueblos de Mexicaltzingo y Analco saliesen excelentes lectores, escribanos, músicos de todo género de instrumentos, de los cuales hasta hoy ha habido grandes organistas, bajoneros y cornetas y de alguno de ellos se ha servido la catedral y hoy esta sirviendo tres puntos".

Los habitantes de Analco siempre se distinguieron por sus dotes artísticos, artesanales y creativos, pero también recibieron los perores tratos y abusos de los españoles, Mota Padilla narra que : "teniéndolos sino por esclavos, a lo mejor esclavizados, porque como los indios son ignorantes y en materia fiárseles o suplírseles no reparan, los dueños de haciendas los cargaban de crecidas cantidades, con lo que les imposibilitaba el desempeño : por lo que hizo se practicasen las leyes que prohiben el que a los indios se les fíen arriba de cinco pesos, que es lo que pueden pagar cómodamente...". Roberto Sánchez Escobar decía que: "frente al templo de San José de Analco, se hizo una plazuela bardeada, que hacía las funciones de mercado, con un hidrante para el uso del pueblo.

En el presente siglo se construyó la fuente estilo colonial, junto con el trazo del actual jardín. Algunas personas ancianas me refirieron, que también fue rastro". Antes de la guerra de Independencia, Analco fue declarado barrio de la ciudad y oficialmente en 1821. En el siglo XVIII San Sebastián se amplió con las capillas de Nuestra Señora de la Salud, del Calvario y del Virgen de Guadalupe, tenía un atrio muy grande y una plazuela que fue mercado y baratillo, después se construyó una escuela que actualmente es un pequeño parque.

A principios del siglo XX en el solar antiguo del templo, se construyó la casa de ejercicios espirituales, la cual perduro hasta 1914 en q ue "fue incautada", también ahí se encuentra el bello "Patio de los Angeles", arquería y columnas que pertenecieron al patio del claustro del Convento de Santa Mónica. Este barrio de Analco abarca de la Calzada Independencia a la Calzada del Ejercito, y de la Plaza de la Bandera por el oriente ; de la Avenida Revolución por el norte a la calzada 5 de febrero, en el sur en la avenida 5 de febrero y la calle de los Angeles, junto al río estaba el famoso Molino de la Joya y atrás de este hacia el oriente, estuvo el panteón de los Angeles, del 2 de noviembre de 1829 hasta mediados de los años 20 de este siglo, pues el Gobernador José Guadalupe Zuno construyó el Estadio Municipal, que a principios de los 50´s fue demolido para edificar la vieja Central de Autobuses, inaugurada por Agustín Yáñez el 8 de julio 1955, este barrio recogió la antigua pastorela y le dio un sello propio, principalmente a finales del siglo anterior y primeras décadas del actual.

La profesora Elisa Gallo de Preciado nos dice las pastorelas que : "sus promotores más importantes lo fueron Don Prudencio Guerrero y Doña Victoria Madrigal. Don Prudencio Guerrero presentó su pastorela en la finca que fue ocupada, intercaladamente como plaza de gallos, en la antigua calle de Aguila, hoy Insurgentes y era tanto el público que asistía, que se compara a la concurrencia a una función de box hoy en día, en la Arena Coliseo, situada también en el barrio de Analco".

Famosas también fueron las "jamaicas" y las celebres verbenas ; decía la profesora Gallo, es una "especie de feria que se celebra para reunir dinero con fin benéfico... con gran alegría y vistosidad se efectuaba al aire libre en local acotado o circulado" ;refiriéndose a las verbenas decía que : "eran en el barrio de Analco, brillantes, pues se reflejaban los dos aspectos en un pueblo ; el religioso, pues en septiembre era la llegada de la Virgen de Zapopan al templo de Analco ; al aspecto cívico, patriota, en la celebración del grito de Independencia". Elisa Gallo nos cuenta una sabrosa leyenda : "En 1940, fue el año que estuvo más en boga la canción Capullito de Alheli, y era tanta la ingenuidad de los vecinos del barrio de Analco, que bajó de popularidad, porque ocurrió la versión de que se aparecía un catrín "el diablo" silbando esta canción.

Poco a poco corrió el rumor a todos los barrios de Guadalajara y prohibieron escucharla y cantarla. Las jovencitas que no obedecían, eran severamente reprendidas por sus tías abuelas". Actualmente Analco "En un barrio empobrecido, punteando con sus innumerables talleres mecánicos, sus vecindades y casuchas. Barrios laboriosos y creativos por tradición, hoy lo sigue siendo como barrio proletariado".

WEB Guadalajara: la ciudad de las rosas http://www.guadalajara.net/html/barrios/01.shtml

Teatro Degollado




En 1855 comenzó a gestarse la idea de que Guadalajara debía contar con un teatro digno de los jaliscienses. Siendo gobernador del estado el general Santos Degollado es emitido el decreto para su edificación. Originalmente se aceptó designar al teatro con el nombre de Alarcón, en honor del dramaturgo Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza, el autor teatral mexicano más destacado en los tres siglos virreinales. Sin embargo, tras la muerte del general Degollado fue firmado un decreto para cambiar el nombre del edificio. El autor del proyecto, la ejecución de los planos y la dirección de la obra corrió a cargo del arquitecto tapatío Jacobo Gálvez, quien determinó la colocación de la primera piedra en el año 1856.

Diez años después se verifica la apertura oficial con la representación de la ópera de Donizzetti, Lucía de Lamermoor interpretada por la afamada soprano y actriz Ángela Peralta, conocida mundialmente como El ruiseñor mexicano. El edificio corresponde al periódo neoclásico y en la actualidad, tras su última restauración, es de los mejores conservados en Hispanoamérica. Su sala principal, muy semejante a la Scala en Milán, alberga importantes obras de arte, siendo la más relevante el mural que representa el Canto Cuarto de la Divina comedia, obra de la literatura universal escrita por el poeta Dante Alighieri, ejecutado por los pintores jaliscienses Jacobo Gálvez, Gerardo Suárez y Carlos Villaseñor.

A lo largo de su historia, el teatro ha tenido varias reaperturas: el 13 de septiembre de 1866, el 30 de octubre de 1880, el 15 de septiembre de 1910, el 28 de junio de 1941, el 8 de septiembre de 1964 y el 25 de noviembre de 2005.

En su más reciente restauración se aplicaron transformaciones muy relevantes al inmueble, como la colocación de nuevos pisos, butaquería, trabajos de pintura, sustitución de luminarias, cambio de duela en el escenario e instalación de plataforma hidráulica, instalación de nuevo sistema de aire acondicionado y remodelación de área de camerinos, entre otras. En el marco de esos trabajos, también se aplicó restauración a la hoja de oro de 23 3/4 kilates en áreas como arco de proscenio, águila colosal, marcos, columnas, remates y mascarones en proscenios. Sumamente importante también fue la restauración del telón guillotina que representa una escena griega llamada Festival ateniense, obra que data de alrededor de 1880 y cuya pintura fue ejecutada por el artista italiano Carlos Fontana.

En la actualidad, el recinto es sede de la Orquesta Filarmónica de Jalisco y de espectáculos relacionados con el teatro, ópera, danza y festivales artísticos y culturales.